Japonesas adoptan un perro abandonado

Japonesas adoptan un perro abandonado en España y se lo llevan a vivir a Japón.

Dos peregrinas japonesas adoptan un perro abandonado, llamadas Kimiko Uchii y Tamano Hayashi hacían el Camino de Santiago y peregrinaron a Santiago de Compostela en la pasada primavera, en mayo del 2019.

Recordemos que Santiago de Compostela es la capital de la región de Galicia en el noroeste de España. Es conocida como la culminación de la ruta de peregrinación del Camino de Santiago y se supone que es el sitio donde yacen los restos del apóstol Santiago. Se dice que estos se encuentran en la Catedral de Santiago de Compostela, consagrada en 1211, cuyas elaboradas fachadas talladas en piedra se abren a grandes plazas dentro de las paredes medievales de la ciudad antigua.

Encontraron un perro en Portomarín, hambriento, delgado, desmejorado y hecho polvo del cansancio. En la siguiente etapa, en Palas de Reis, estando ellas en una terraza, el perro se les acercó directamente. Estaba extenuado de cansancio. Las peregrinas se se dieron cuenta que no iba a volver a su casa, si la tenía, o que estaba abandonado y que el animal necesitaba su ayuda urgente.

Ellas fueron muy amables y correctas, no dudaron en brindarle toda la ayuda posible. Preguntaron en el bar y a los vecinos del pueblo si conocían a los dueños del perro o si sabían algo sobre él, y nadie podía darles respuestas, ni decirles que podían hacer con el perro peregrino en situación de abandono.

Conversando con otros peregrinos, entendieron la problemática de la mayoría de los animales abandonados en estas zonas rurales y de la escasa o nula existencia de un protocolo de protección de dichos los animales por parte de los Ayuntamientos de la zona.

Luego de buscar todo tipo de información sobre el perro, al que bautizaron con el nombre de Michi, y darle comida y descanso, decidieron dejarle que les acompañara en su camino.

El no se quería desprender de ellas, como si supiera que ellas serían la única oportunidad que tendría para salir del abandono en el que se encontraba. Salieron del pueblo, según su peregrinación, y en la carretera les interceptó un coche de Protección Civil y alegando que se lo entregarían a una protectora, les quitaron a Michi.

Kimiko y Tamano, no se creyeron en ningún momento que el perro estaba a salvo con ellos, hicieron correr el caso por las Redes Sociales. La historia llegó a los oídos de la Asociación Protectora Animais do Camiño, (APACA).

Una colaboradora de APACA pudo saber dónde estaba el perro y tomar una fotografía, que reflejó el estado de abandono en el que se encontraba: envuelto en sus propios excrementos, sin comida alguna, tan sólo con agua y atemorizado. Estas fotos fueron tomadas varios días después de haber sido entregado el perro a Protección Civil.

Gracias a las Redes Sociales y a un panel informativo que APACA tiene en Arzúa, las peregrinas japonesas pudieron contactar con la Asociación animalista.

Cuando APACA les explicó el peligro que corría el perro de desaparecer en extrañas circunstancias, como en otras ocasiones había ocurrido con otros animales abandonados, ellas aseguraron que estarían dispuestas a adoptarlo si la asociación animalista lo podía rescatar de esa situación administrativa y de abandono. La asociación fue a buscar al perro Michi y se hicieron cargo de él para ponerlo a salvo.

La Asociación Protectora Animais do Camiño (Apaca), tras comprobar que Michi lo habían abandonado y que no tenía dueño, empezaron a hacer todas las gestiones necesarias para que el perro que enamoró a las peregrinas japonesas pudiera ser adoptado por ellas que viven en Japón. (a más de 10.000 kilómetros de donde fue encontrado).

Pasaron seis meses desde que empezaron todas las gestiones y la puesta a punto de Michi para su gran viaje y adopción. En ese período de tiempo, Michi, fué cuidado con mucho cariño y amor por la Asociación Protectora Animais do Camiño (Apaca). Ellos también se percataron de que era un perro particular y único, como muchos que esperan en protectoras de animales.


Por fin en diciembre del 2019, Kimiko y Tamano, junto con una amiga, llegaron para recoger a Michi y asi poder viajar con ellas desde Bilbao a Japón, antes pasando por París según la escala. Se sabe que Michi vivirá con la madre de Kimiko que vive en Osaka, Japón y que Michi significa camino en japonés.